Salir a correr cuando no tienes un hábito establecido, o
lo que mal se llama rutina, es complicado. No porque te falte capacidad para
ello, sino por la gran barrera psicológica que supone para muchos poner un pie
fuera de la calle y comenzar a ‘rodar’.
Por mucho que yo u otro
entrenador demos consejos o digamos esto o aquello, la motivación y lo que se
dice ‘ganas de correr’, vienen de dentro. La decisión final la tomas tú y solo
tú, yo tan solo te doy ese empujoncito o un gran empujón, depende de lo profundas que estén esas ganas
por llegar a un objetivo que no es otro de momento que salir a correr.
Una vez que decides salir a
correr, que tu llama interior cargada de ilusión se enciende, es cuando
realmente entra en acción mi papel de entrenador. Seré el motivador en tu largo
camino hacia tu objetivo. Durante tus momentos fáciles y tus momentos
difíciles, sobre todo en los difíciles que es cuando el que es entrenado
necesita ser rescatado de las garras del pesimismo, el poder del miedo y la
sensación de desilusión por no llegar a los guiones del entrenamiento.
Como he explicado en otros
artículos y repitiéndome más que el ajo, en cualquier objetivo es necesario el
tiempo. Evidentemente para cumplirlo con éxito y así ponerlo en nuestra vitrina
de la victoria y no en la lista de fracasos.
El tiempo como dicen es oro y en
épocas de crisis el oro siempre es un valor en alza, ¡qué mejor motivador! El
tiempo es una de las excusas favoritas de muchos clientes a los que pretendo
entrenar o a los que ya entreno. Es la excusa estrella igual que cuando estás
en el colegio y dices que tu perro se comió los deberes. Cosas como: <<No
tengo tiempo para…porque…>>, <<Estoy muy liado con el trabajo o mis
hijos>>, etc.
Todos tenemos tiempo, unos más,
otros menos y otros casi miserable pero lo que nos falta es ganas. Hay que
reconocerlo de forma honesta con uno mismo, con programación todo es posible,
solo hay que buscar esa chispa que nos lance a nuestra autorrealización y dejar
de lado el mundo de los sueños para hacerlo por fin realidad.
La santa pereza es la que nos ata
a la cama, la que nos sienta en el sofá o la que nos pone en nuestra mano el
control a distancia de la televisión. Hay que luchar contra la pereza y
ponernos manos a la obra.
Lo que recomiendo, por lo tanto,
es que cuando tenemos que ir a correr (con el objetivo de hacer una carrera
popular, triatlón o tan solo por el mero hecho de ponernos en forma) es salir a
correr a primera hora de la mañana. A ser posible, antes de desayunar. Si eres
de esos que no funcionas sin tomarte tu café, haz un desayuno ligero, vas a
correr, te tomas una ducha y luego repones energías y hambre con un tentempié o
si quieres puedes llamarlo ‘segundo desayuno’.
Es difícil, duro, exigente,
complicado, arduo, pesado, tedioso, odioso o hablando en plata una putada; el
levantarse temprano para ir a correr y depende que hora u otra sin un alma en
la calle, más. Entenderéis por qué correr de mañanas y no a otras horas, en
este artículo.
Para llevar a buen puerto nuestro
objetivo marcaté una programación, es decir, si entras al trabajo a las 8h,
levantaté por ejemplo a las 6h. Corres tus 20 – 30 minutitos, te duchas y
después al trabajo.
¿Qué ganas con esto?
Principalmente ganas 3 cosas:
1 1. Después
de la ducha te sentirás activo, lleno de energía para encarar el día que te
espera por delante.
2 2. Estarás
cumpliendo tu objetivo, salir a correr.
3 3. Lo
más importante, al correr a primera hora del día, tienes el resto de día para
las cosas que normalmente ocupan tu tiempo y las famosas obligaciones que
muchas veces no dependen de ti.
Existirían otra serie de
beneficios, pero he incluido los que me parecen más importantes de cara a ganar
la batalla psicológica a la pereza.
El correr por las mañanas es más
ventajoso y beneficioso de cara a nuestros intereses que correr por las tardes.
Os pongo un ejemplo y me entenderéis enseguida. Todo el día trabajando con el
cansancio y estrés que por leve que sea, está ahí; tensión con el jefe por algo
que crees que no dependía de ti, pero que igualmente la pagas tú y encima por
la tarde tienes un día repleto de obligaciones como ir a comprar, etc, etc.
<<Tengo que ir a correr ¡Qué pereza!, mejor mañana>>
Para días tranquilos y sin tanta
carga quizás sea fácil ir a correr de tarde, pero para esta clase de días que
os he descrito no. La excusa del cansancio, estado de ánimo, el huracán que ha
pasado por mi casa u otra cosa; muere con esta técnica de correr por la mañana.
Creedme cuando digo que cuando corres por las mañanas parece que el día es
mejor y más productivo. No sé di serán las endorfinas que se liberan al correr
o la proactividad que te da un objetivo cumplido, pero funciona.
El primer día, no os mentiré,
será duro. El segundo día una tortura. El tercer día un infierno. Pero a la
semana ya no pensarás que tienes que ir a correr, tu cuerpo te dirá: <<
¡Levantaté que quiero ir a correr!>>
Dale tiempo al cuerpo, dejalé que
se adapte en dos semanas. Si después de dos semanas no consigues una mínima
adaptación, prometo que te doy 20 €. Eso sí propóntelo de verdad y no a medias
tintas. Porque el que engaña serás tú.
Si eres ‘novato’ con 15-20
minutos para empezar no está nada mal, parece poco pero si lo haces a un ritmo
constante y sin parar verás que no es moco de pavo (expresión que viene a decir
que no es tan fácil como parece).
Si eres iniciado y entiendes un
poco como funciona esto del ‘’running’’ pero por el contrario todavía no has
dado un paso firme a la regularidad del salir a entrenar, no lo dudes más,
corre por la mañana. Te recomiendo la primera semana a unos 25 minutos y la
siguiente subiendo un poco el tiempo entre 30-35 minutos. Los tiempos y
transiciones los controlas tú pues el marcarte un ritmo me parece absurdo, dado
que cada atleta es un mundo.
Lo mismo recomiendo para los que
ya están más rodados o incluso los que se dedican a preparar una triatlón.
¿Con qué frecuencia? Para novatos
les pido una mínima de 2 salidas por semana y un máximo de 4 salidas. Es decir,
durante la semana 2 ó 3 salidas y luego el fin de semana otra salida con una
duración más larga, pero sin pasarse. Aproximadamente añade otros 15-20
minutos, como si hicieras dos sesiones en una. Por ejemplo durante si durante
la semana realizas 15 minutos la cosa quedará así: 15m. + Descanso activo de
5m. + 15m. Corriendo a una intensidad más suave que al principio, lo cual no
significa que vayas caminando.
Para iniciados 3 salidas mínimo
y un máximo de 5 semanales incluyendo ‘la gran sesión’ del fin de semana. Las 5
salidas son optativas pues si se hacen 4 no pasa nada.
La frecuencia para los triatletas
o los más experimentados en el running , ellos mismos la aplican gracias a la
experiencia adquirida, lo único que cambia es probar a las sesiones mañaneras.
No puedo establecer una frecuencia exacta cuando son más experimentados pues
debería conocer al atleta personalmente y es ahí donde establecería su
frecuencia, hábitos, entrenamientos, etc.
De todas maneras, me podéis
preguntar cualquier duda al respecto y dar vuestra opinión personal. La
escucharé con atención y transmitiré mis conocimientos y mi opinión. Estos
artículos los hago desde ese prima. Estoy abierto a otros modos de
entrenamiento y de pensar pues tan solo soy un profesional de la educación
física y no un gurú barato de teletienda.
Espero que os guste el artículo
de hoy y que tengáis un óptimo sábado y un genial fin de semana.
Bibliografía:
Guillermo Martín Odero 2013® como licenciado en las ciencias de la educación física y entrenador personal por la American College of Sport & Medicine.
Guillermo Martín Odero 2013® como licenciado en las ciencias de la educación física y entrenador personal por la American College of Sport & Medicine.
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